Todo negro

Esta mañana, y esta tarde también seguiremos, mi jefe (con el que me llevo bien) y yo, estamos muy cabreados. Mucho, mucho, muchísimo. Decidimos no trabajar, y perdernos por las cafeterías a encontrar una solución a un terrible problema que tenemos (irnos de la empresa o quedarnos, básicamente). Entre medias, bombardeo de llamadas, de clientes por un lado y del personal de la oficina con más problemas por el otro. Cuando decidíamos irnos a casa, llamaron con un problema muy, muy gordo, uno de esos de los que ruedan cabezas. Por no llorar nos metimos en la 3ª cafetería de la mañana. Allí nos conocen de sobra, mínimo vamos 2 días a la semana, un numero indefinido de veces al día. Por general solemos reírnos mucho, menos hoy. Se acerca el camarero sonriente, con cara de “ya otra vez por aquí so-vagos” y me dice:
-¿Qué quieres?
-Veneno
-¿como?
...Hoy he hecho un amigo.

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