La vida es como un videojuego de aventuras gráficas

La vida es como un videojuego de aventuras gráficas, a cámara lenta. Si no has jugado nunca con uno de esos videojuegos, no se si entenderás muy bien de que va el articulo de hoy. Las aventuras gráficas son unos videojuegos que en vez de dar mil vueltas a un circuito de carreras o matar bichos a diestro y siniestro, nos cuentas una historia con principio y fin bien definidos. La historia dependerá totalmente de lo que vayamos haciendo sobre el juego. Según los personajes con los que hables, los objetos que consigas o los rumbos que tomes, la historia acabara más o menos bien.
Pues la vida es lo mismo, solo que a cámara lenta. Para conseguir un objeto como “casa” puede que necesites mas de 30 o 40 “niveles” por pasar. Mas ejemplos, sino vas al sitio adecuado no encuentras al príncipe azul, al caballero marrón o la dama de las nieves; si no acumulas las suficientes vidas, maravedíes o conjuros, lo pasaras mal en el trayecto. Si no haces ciertas cosas simplemente no pasarán. Y ahí esta la gracia de la vida y las aventuras graficas, que no es un guión, todo va según actúes y también el factor llamado suerte. Eso si cuando agotes tus puntos, no hay “insert coin” que valga. La vida no reinicia en el mismo juego.
Hay varios tipos de jugadores. Los rápidos, los que pasan por el juego por encima. Solo cogen las cosas que les vienen a las manos y hablan con quien se les cruzan. Así que están avocados, una y otra vez, a dar marcha atrás, buscar lo necesario y deshacer los entuertos cometidos. Porque no hay nada que mas rabia dé, que darse cuenta delante de la Puerta Crucial del Mundo Mágico, que aunque tengas la Llave Tricolor, necesitas la Pócima Aurímica para que haga de 3 en 1 y abra la puerta atascada. Y hale a cruzar Mordor enterito marcha atrás en busca de la pócima, que ahora te costará el doble de maravedíes de plata por no haber saludado amablemente al jorobado en el Mundo Oscuro. ¿Que estas cosas no pasan en la vida real? Y si hubieras tratado mejor en el colegio a la que llamabais súper gorda, ¿no te hubiera hecho esperar tanto en la cola de urgencias?.
Otro tipo de jugadores serían aquellos que parece que nacieron con el joystick en la mano porque su madre se lo tragó durante el embarazo. Estos bienaventurados, saben siempre donde estar, que decir, coger el objeto oportuno, abrir la puerta adecuada, como por arte de magia o fruto de una sabiduría infinita. Por la pura envidia, repelentes ¿Qué no?. Pon en esta lista al compañero de trabajo que ascendieron sin saber porque, al que se llevó a tu primera novia, el que tuvo la beca en tu lugar.
Ante la ignorancia, muchas veces incluso de las reglas del propio juego, yo me considero del tipo jugador urraca. Vamos que hablo con todo lo que se mueva, viajo todo lo que mis maravedíes de plata me permiten y me interesa todo lo que brilla. Con lo cual me pincho en mogollón de ruecas de la bella durmiente, cargo con trastos que a la larga se demostraran inútiles, pero conozco paisajes mágicos o infernales que no todos han visto. Pero aunque en mi mochila hay varitas mágicas del destino, pócimas de mil colores, espadas láser, escudos de plomo, estrellas de la buena ventura, siempre me acaban faltando las imprescindibles capa de la invisibilidad y llave maestra.

Cómo el día que me llamaste idiota, tú dices que me salvaste la vida.

Voy proponeros un ejercicio. Tomad un recuerdo de algo que vivisteis hace algún tiempo, con alguna persona conocida. Algo de pequeño que pasó con tus padres, alguna travesura con amigos, etc.… Pídele a la otra persona que te lo cuente con pelos y señales. ¿Cuánto se parece a tu versión de los hechos? No se vosotros pero yo recuerdo cosas de niña, que mis padres aseguran que nunca pasaron.
Como ejemplo os voy a contar una cosa que le pasó a una amiga, porque estas cosas siempre pasan a las amigas.
Estaban de vacaciones y tenían que hacer las camas para dormir. El espécimen masculino con quien compartía cuarto mi amiga, jugueteaba con algo que había por la habitación. Como hacía mucho frío estaban abrigados hasta las cejas y tenían un calefactor eléctrico encendido. Ella tiró una manta al suelo por unos segundos para estirar bien las sábanas. Una parte de la manta cubría parcialmente el calefactor. Cuando el espécimen masculino dejo de jugar de ipsofacto y me gritó, digo a… mi amiga: ¡IDIOTAAAAAAA!. Abalanzándose como un poseso sobre las mantas apartando a empujones todo lo que encontró a su paso, o sea yo, perdón… mi amiga. Pero no gritó un idiota cualquiera como “hay que idiota eres”, no. Era una idiota contundente, frío y áspero, fuerte y demoledor, como una bofetada a mano abierta. Con lo que mi amiga se quedó helada, de piedra, blanca y sin saber como reaccionar, ante semejante exageración.
Sin embargo si le preguntas a al amigo de mi amiga, te contará la siguiente historia. Que estaban los dos haciendo las camas, semidesnudos (¿?), cuando ella en un acto homicida puso la manta encima del calefactor ahogándolo por completo. Entonces en acto heroico él, tras llamarle la atención delicadamente con un simple Idiota, aparto la manta ya prácticamente en llamas y según el me salvo la vida… digo a mi amiga.

Vota en Blanco

Una España desmoralizada por una crisis que, ante la impotente ineptitud del gobierno y la oposición, fabrica cada día más desempleo, pobreza y desesperación, impone un criterio amargo y decepcionante para los demócratas españoles: ninguno de los principales partidos políticos se merecen el respeto y el voto de los ciudadanos libres y honrados de España.

Ellos obtienen dinero público para sus partidos, sueldos pagados por los ciudadanos, coches oficiales y participación, como cuota, en instituciones y empresas públicas o dominadas por el poder político. Y nos dan cada día nuevos casos de corrupción (como el caso del PP en Galicia, donde ha tenido que dimitir el cabeza de lista por Orense, Luis Carrera Pásaro) que también implican a políticos del PSOE (como la construcción de urbanizaciones ilegales para sus miembros… ) A esto hay que añadir espionajes, malversación, fraudes, comisiones…

Son actos que demuestran una falta absoluta de responsabilidad y de ética y que demuestran que, a día de hoy, ningún partido merece ni el respeto ni el voto de los demócratas españoles.

La gran pregunta es cómo ejercer esa "venganza democrática" contra los partidos que nos han inundado de ineficacia y corrupción, contra los que se suben los sueldos clandestinamente y compran coches de lujo en tiempos de crisis, contra los que acumulan privilegios sin parar, se embolsan comisiones, saquean el erario público y arruinan la nación hasta poner en peligro nuestras pensiones futuras.

En el plano inmediato, la gran cuestión a resolver es qué hacer cuando se abran las urnas en marzo y junio y cómo debe votar un demócrata en un país de mangantes e ineptos.

La abstención activa es una gran tentación, pero debe ser rechazada. No acudir a las urnas es renunciar al derecho del voto, una conquista histórica ganada por los ciudadanos con el precio de su sangre y, lo que es más importante, renunciar al único poder que nos queda en esta democracia degradada.

Desechada la abstención, por ser poco cívica, porque renuncia al único poder que nos resta y porque coloca al ciudadano en el mismo lugar de los que se abstienen por desidia o desinterés, o porque prefieren irse a la playa o al campo en la jornada electoral, queda una opción digna.

Es votar en blanco.

Nos hemos olvidado del voto en blanco.

El voto en blanco expresa la protesta ciudadana en las urnas. Es un gesto democrático de rechazo a los políticos.

¿Qué pasaría si en las siguientes elecciones hubiese un porcentaje importante de votos en blanco? Qué dirían los principales dirigentes al conocer los resultados y saber que hay un montón de gente que hemos decidido y nos hemos preocupado de ir a votar y que lo hemos hecho en blanco demostrando así que no estamos dispuestos a renunciar a la participación y al voto, pero despreciando y rechazando las opciones que nos ofrece una casta política minada por la corrupción y la ineficiencia.

Sería un mensaje claro a todos los políticos actuales que les mostraría que los ciudadanos estamos hartos y que vamos por otro lado.

El Voto en Blanco es descrito por los grandes pensadores políticos como "una bofetada del ciudadano al poder", una manera civilizada y democrática de decir ¡¡"Basta ya"!! a aquellos que están arruinando al país y que no merecen nuestro respeto por su comportamiento insolidario, ineficiente, corrupto, arrogante y antidemocrático.

Votar en blanco es una digna y encomiable manera de ser rebeldes frente al abuso y la indecencia. Testimonio palpable del rechazo ciudadano al mal gobierno, a la corrupción, a la ineficacia, al abuso del poder y a privilegios injustificados.

Las cosas pueden cambiar. Hay que hacerles saber a los políticos que no somos tontos y que no estamos dispuestos a tolerar sus abusos.

Es el momento.



¡¡BASTA YA!!



¡¡VOTA EN BLANCO!!

El agua que nunca beberás

El agua que nunca beberás, te caerá por encima desde la ducha.

Te salpicará desde el charco al pasar el autobús.

Será…el rocío frío encima de la hierba donde te tumbaste.

… la ola que te tiró cuando hacías equilibrios por mantenerte en pié en una roca.

… el agua hasta el tobillo en el agujero de la acera al doblar la esquina.

… la lluvia vertical los días que no llevas paraguas y la horizontal los días que lo lleves.

… todas las lágrimas que llores y el agua helada que te lave la cara cada mañana.

… la gotera que surgió encima de tu cabeza en la cocina.

… el agua evaporada de la maceta de tu planta favorita.

… la que derramaste encima de los papeles importantes.

Todo esto porque hoy supe que me hubiera gustado de algún modo ser como mi padre.

Los problemas son como los granos.

Si tienes un grano que te pica, toda tu mente se centra en el por unos momentos. Lo rascas y listo, no vuelves a pensar en el. Si no te lo puedes rascar en el momento la molestia dura más, como los problemas que no puedes solucionar al momento. Si tienes varios, parece que la mente se dispersa y pican menos. Tu mente esta me pica el codo, no, la rodilla, no, la espalada, no, la mano.

Hay varios tipos de granos, como los de la frente, esos que ven los demás y tú no, o los de las zonas menos accesibles como los de las plantas de los pies. Que nadie los ve pero tú sabes que están ahí haciéndote la vida imposible. Los granos como los problemas, con rascarse o echar el remedio correspondiente se solucionan.

La cosa se complica cuando el grano perdura más de lo normal. Empieza a preocuparnos. Le damos mil vueltas, que será, porqué, y si hago así o hago asá. De esta forma un grano medianamente normal ocupa toda nuestra mente. Te levantas y piensas en el grano, te acuestas y piensas en el grano, comiendo… el grano, saltando…el grano. El grano!, el grano!, el grano!.
El grano se vuelve protagonista de toda tu vida, piensas en el, hablas de el y todo lo que haces se ve coaccionado por su existencia. Y te dices: “pero si es solo es un grano, un insignificante grano, si me faltara una pierna, eso si que sería grave”.

Imaginemos que el grano estuviera por ejemplo en la cintura. Tienes una cita tu pareja, tu posible pareja, tu aventura o lo que sea. Y claro se lo dices: “oye, que tengo un grano imperecedero”. Y él o ella te mira con ternura, te dice que no pasa nada, que no importa. Te mira con dulzura y piensas… “mier…coles, pu…nzante grano!, ya le estoy dando pena”.
Pese a todo la noche fluye. Tu ahí concomiéndote, si me toca, si me pone la mano en la cintura va a notar el grano, qué hago, qué hago, ¿se la bajo directamente mas abajo? Que una cosa es saber de su existencia y otra verlo en todo su esplendor. Y estas tan abstraído pensando en el grano, que tu pareja se mosquea y te suelta: “Cari, ¿estas aquí o en el grano?".

Yo por mi parte, he decido acudir a la ayuda profesional. La primera sesión se resume en esto: “Hola me llamo Incara y ya no puedo con mas disimulo, hace 6 meses que tengo un grano en el…”.