Oh la lá, Incara en Paris I

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Sabéis, tengo un hado madrino, que me ha cumplido el deseo de llevarme a la cuidad de la luz, el amor, el jorobado de Notre-Dame y de las tortillas a la francesa. (Llevo unas patatas en la maleta, que si patento el invento aquí, fijo que me forro. Para empezar lo mas curioso es que tengo que irme a otro país para ir a Francia. Cosas de los vuelos de bajo coste. En menos de 12 horas he estado en 3 países de lenguas diferente.

Hecho de menos mi espuma. Lo confieso llevaba un bote de laca y otro de espuma. En el cutre aeropuerto de mi cuidad he pasado desde tijeras hasta sprays de defensa personal sin que nadie haga ningún gesto. Pero aquí me hicieron abrir la bolsa. ¿Que digo yo, para que me la hace abrir a mí si luego mete la mano él mismo y rebusca?. Salió un pintauñas…, que no censuró, mis calcetines…, una bolsita de tela…Que por cierto fue la única cosa que apretó a conciencia, que casualidad que allí dentro estaban mis braguitas, so pervertido. Mi idea era darle la laca (un bote viejo que encontré por casa) ya directamente y disimular la espuma. Pero apareció primero mi espumita del mercadona. ¿Desde cuando la espuma es liquido?. El segurata de Oporto se perdió la clase de los 4 estados sólido, liquido, gaseoso y espuma. La próxima pienso congelar todos mis potingues cosméticos, a ver quien es el listo que me dice que llevo líquidos. Si es que me daban ganas de abrazar el bote de espuma y gritar: ¡Mio, miooo, miooooo!. A punto estuve de decirte que antes de que lo tiren me echara un poco en las manos que ya me voy peinando mientras embarco en el avión. 10 segundos de silencio por ella.

Mi llegada a sido triunfal. Hice un esfuerzo sobre humano para sentarme en la fila uno del avión. Codazos, pisotones y mordiscos para salir la primera. Todo para que cuando llego a la puerta de salida no hay nadie, ¡nadie! para recogerme.
Por lo que he visto hasta el momento Paris es muy verde, yo que me esperaba algo mas “mediterráneo”, la próxima me fijo mas en el mapa. Los conejos pasean a sus anchas felices por las calles y parques de las afueras. Mientras escribo veo tres por la ventana, el idiotizador asegura que no me dejaran llevarme uno de mascota.
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Deberes

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Ya se, ya se, que estoy un poco desaparecida. Es culpa del proceso idiotizador. Es la novedad. Que mucho despotricar por aquí pero novio, novio, en serio, como que nunca había tenido. El idiotizante en cuestión no bebe, no fuma, no va con mujeres (¡Ostras! ¿Entonces que soy yo?, ¿un reptil?), una ganga así no se podía dejar pasar.
Vale que alguno dirá “si no hace nada de eso, que aburrido”, pero bueno el chico alguna cosa hace bien, jijijiji. Mis lectores, que soys muy listos, ya habréis adivinado que el idiotizante cocina de maravilla y claro una no tiene el estomago de piedra, o habíais pensado otra cosa… bueno valeeee, lo mas importante es que me regala mucho chocolate y esa es la técnica mas rastrera y efectiva que se puede usar con una chica. Porque cocinar lo que se dice cocinarme solo unas verduritas a la plancha y caipiriña, por el momento. Pero el chocolate no es cualquier regalo, mientras tengo chocolate en casa no iré buscando sustitutos por ahí, el chico es muy listo.
Bueno que me pierdo del tema. La cuestión es que en mi vida normal de antes una tarde-noche cualquiera, cenaba, me duchaba y venia al ordenador a escribir. La ducha es mi sitio de pensar. Allí se me ocurren las mejores ideas, las musas fluyen ágiles como el agua por el grifo y seré feliz el día que inventen papel y lápiz que funcionen bajo el agua.
Claro que ahora salgo de la ducha y vengo al ordenador, me salta una ventanita en el Messenger… y ya esta liada: “¿te puedo llamar ya?”. Y hablo, hablo y no escribo. Es que las conversaciones son tope interesante: ¿Qué hiciste hoy?, ¿Me echaste de menos?, Deja de ligar con otros… ¿Me quieres? Uffff me quieres… la gran pregunta. Con 15 años me forje la fama de mujer dura e inconquistable, y ya se sabe cógete la fama… Así que cuando repite ¿me quieres? Yo pincho en un emoticono que tengo por ahí que huye despavorido de un lado a otro haciéndose el longuis…

Alguno pensará que porque cuento estas intimidades por aquí, pero es que si por casualidad un día tengo hijos, cuando tenga que echarles la bronca y me acusen de ser anticuada, seria, aburrida y demás, les diré: “Mirad vuestra madre era enrollada, escribía un blog súper gracioso”. Y ellos con ojos como platos se reafirmaran en que soy una anticuada “Un blog???, buff escribir… eso es del jurasico, ahora con los inductores mentales no hace falta se descarga directamente de cerebro a cerebro”.
En fin que me pierdo otra vez del tema.

La historia es que ahora ya no puedo hablar de buscar ligue o poner verde a los tíos (espero que no me den mas motivos….) ni de hacer entrevistas de trabajo (porque la cosa esta muy j….) que eran los temas mas recurrentes en mi blog. Como en el curso del INEM que estoy haciendo, están sacando lo peor de mi carácter, voy a hablar de un temita polémico, huuua ha ha ha ha ha, cof, cof ,cof (maldita alergia).

Últimamente están de moda los derechos. Todo el mundo protesta por sus derechos, que si tengo derecho a que me respeten, a una vivienda digna, a tener una opinión, etc etc. Y en todas discusiones y debates salen frases “tengo derecho…” “respeta mi opinión…” “exijo…” Y a la minima se monta una manifestación, una denuncia, una protesta, todo es pedir y pedir.
Creo que es algo innato al ser humano, ya se nace llorando, pidiendo teta. No hay niño que sonría a su madre en plan agradecimiento recién nacido. Así venimos al mundo pensado que deben darnos la teta. Quiero, quiero, quiero… Y me parecen bien todos los derechos, a la libertad, al poder tener un pensamiento, al poder hacer libremente, a poder elegir.
Pero si tenemos derechos por lógica ley universal, irremediablemente tendremos deberes que cumplir ¿no?. Si tengo derecho que me respeten, obligatoriamente tengo el derecho a respetar, si exijo libertad, tengo que darla sin condiciones. Y aquí esta el problema. Que venimos con chip de pedir y nos falta el de dar.
Exigimos nuestros derechos civiles al gobierno, pero despotricamos duramente porque debemos los impuestos (vale que pueden ser abusivos o mal gestionados) pero si eliminan tus impuestos, donde están los derechos de otro a tener un hospital, por ejemplo. Sin ir tan lejos cuantas veces has dicho “tengo derecho a pensar como me de la gana”, pero resulta que tienes el deber de aceptar que el otro lo haga.
Nadie habla nunca de sus obligaciones ni de sus deberes. Jamás en una acalorada conversación escucharas “¡¡¡es que debo respetarte!!!”. Jamás habrá una manifestación en pro de nuestros deberes, todo el que pueda se zafara de ellos a la minima.
Hace un tiempo me cruce por la calle con cierto colectivo que exigía viviendas del ayuntamiento con una acalorada manifestación, resulta que ellos ¿no tienen el deber de pagarla como el resto de mortales?.
Haz la prueba escucha en un día cuanta gente habla de “sus derechos”. Estoy harta de tanta exigencia, antes de abrir la boca, la próxima piensa en si tienes cumplidos tus deberes.

En fin que ya tenia el derecho y el deber de idiotizarme un poco ¿no?.
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