A donde iran los besos...

De adolescente alguien me dijo alguna vez, que cualquier día, encontraría el amor de la forma menos pensada en cualquier parte. Resulta que me lo creí. Y vivía, sin que nadie se diera cuenta, preocupada por si un día el príncipe azul estaba detrás de mí en la panadería, por ejemplo, y yo, por no girarme no lo había visto. Pobre príncipe, debe seguir dando vueltas buscando, o quizás cuando me agaché a atarme los zapatos se fijó en la princesa que había detrás mío. Paralelismos… Me viene esto porque el otro día al aparcar, al lado, había un grupo de coches de empresa, con sus rótulos publicitarios y los conductores charlaban animadamente de pié. Yo estuve a punto de trabajar en esa empresa. No entré porque decidí incorporarme a la que estoy ahora, pero ya tenía contrato sobre la mesa. Alguno de esos coches sería el mío, estaría metida en la conversación, los conocería. Ellos ni se daban cuenta que los observaba desde el coche una perfecta desconocida, que podría ser su compañera. Y que quizás yo también sería observada desde fuera por el que cogieron en mi lugar.



Recuerdo el día que vi a un ex con su mujer en el coche. Solo pensar que podía haber sido yo la allí sentada y todo lo que me hubiera perdido de vivir después, me dio repelús.


Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor, me pone los pelos de punta… que gran error. Ahora es el mejor momento, porque es el que vives y si te gusta más otra vida paralela, siempre puedes liarte la manta a la cabeza y armar una revolución en tu vida.


Hace unos años que las circunstancias de la vida, me han hecho un poco revolucionaria… vivo una vida paralela de la que siempre imaginé…


¿Dónde van las cosas que no hacemos? Esas ideas tan geniales que nunca ponemos en práctica, ¿donde van? Tengo un archivo donde guardo los post que nunca publicaré. ¿Pero que pasa con el resto?




Siempre me gustó la canción de Ana Belén y Víctor Manuel.

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