Mis polillas y yo, bien gracias.

La vida de parada es muy curiosa. Todo el mundo dice que me tiene envidia y yo contesto que es una experiencia que todo el mundo debería probar. Que se aprende mucho, en serio que si.
Para empezar es un curso de contabilidad y finanzas avanzado. Aprender a vivir con el desempleo curte. Seiscientos y pico euros como primer cobro. El dinero se estiiiiiiiiiiira como sea.
Cada vez cojo mas la bici, para no gastar gasolina, aprendo a comer menos, para hacer menos compra, y si alguno se piensa que así me pondré estupenda, se equivoca, porque los kilos los he transformado en músculo, porque la báscula no cede ni una raya en sus posiciones. Hay que especificar que para cualquier producto de 1º necesidad que haga falta, desde mi casa es imprescindible ir en coche. Para ir a por una simple barra de pan, el esfuerzo energético a pie o en bicicleta es proporcional a las calorías que aporte el pan entero, con lo que no es muy útil.
Escucho a todos los teleoperadores que me llaman. Antes, después del “buenos días, soy…” ya les cortaba, ahora escucho atentamente por si me venden algo que merezca la pena, y eso que me ahorro si me lo traen a casa. Por el momento gracias a un tal Pablo García me traen los congelados hasta la puerta. Increíblemente el dinero me da, por el momento. Es mas, desde que estoy en paro, la gente me pide dinero. Y que nadie que lea esto se sienta aludido, o piense que me quejo, que yo lo presto feliz, que a mi me lo dan por no hacer nada, y lo doy encatanda. Con lo que ya he perdido la cuenta de deudas, que estoy de vacaciones y no hay que cansar la mente.
Tengo insomnio. No duermo. No tengo un trabajo, que me queme y me consuma, no me aburro, con lo que no me canso y no me da el sueño. Me machaco en el gimnasio, y nada. Salgo 3 días seguidos y tampoco. He alcanzado una especie de nirvana, metal y pacifico. Eso si como tengo tanto tiempo para pensar, me vuelvo como los concursantes de realitys. Que dicen que en la casa todo se vive mas intensamente, pues los parados lo vivimos todo mas intensamente, nos deprimimos mas intensamente, vemos problemas donde no hay mas intensamente, nos metemos a aconsejar en vidas ajenas mas intensamente, etcétera, etcétera mas intensamente...
También somos científicos en potencia, he descubierto que aunque no use desodorante se puede comer en mi sobaco, con la conclusión, de que el problema no esta sudar, sino en el trabajar. O que si no he tenido que salir de casa en días, anidan pinzas y horquillas en mi pelo, por tiempo indefinido. Que los productos cosméticos si funcionan, se trata de que había que usarlos.
A los parados también nos cambian las prioridades. Ahora no es grave descubrir a las 7 de la tarde que llevo el pijama debajo del chándal. O a ultima hora darme cuenta que no me puesto sujetador en todo el día. Es lo que tiene no salir de casa, que uno se siente como en ella.
Ahora me hace gracia y no me estresa tener una plaga de polillas en casa. Me he traído un antipolillas de cada del supermercado, por no saber cual era mejor. Y he metido uno diferente en cada cuarto. Pero no mueren las muy c…. en vez de meterse en los armarios se dedican a revolotear día y noche. Las polillas son muy lentas. Me paso el día como un palmero de flamenco por la casa, pero no les intimida en absoluto las bajas que les causo. Yo creo que se ríen de mi, que las oigo cuando me acuesto. En fin, que cuando me preguntan que tal me va, esta claro lo que respondo.

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