Que se mueran los feos

Mientras esperaba a que un semáforo dejara de sonrojarse. Escuché a una niña de unos nueve años:

-“Mamá, hoy en el cole hemos jugado a la botella”.

- ¿Jugasteis con botellas?- se escandalizo la madre de la criatura - ¿con cristales?

- Nooooo, mamá, era de plástico. Es el juego ese que tienes que darte besos o preguntas.

- Aaaahhh – respiró – ¿tu besaste a alguien?

- Noooooo a mi no me tocó, pero a un niño siempre le tocaba besar a todas y se podía besar aquí, aquí y aquí – dijo la niña señalándose los labios, las mejillas y el pelo – Pero aun niño le tocó besarme y me besó en el pelo.

- ¿Y era guapo?

- No mucho – digo arrugando la nariz.

- Pues tu deja que solo te besen son guapos, sino nada… solo los guapos, eh!.

El semáforo se puso verde y no pude escuchar más.

Aaaaay… los chicos… cuanta razón tiene esta madre, que yo empecé besando a uno feo y mira como acabé, jajaja. Que lo de “la bella y la bestia”, me duró hasta hace bien poco.
En fin… ¿Donde quedó la belleza interior y el ser buena gente?

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