Reinsomnio

No me gusta que mi libreta de escribir (la que cotillean mis pelusas bajocameras) empiece a estar mas llena de anotaciones de trabajo que de ideas sobre las que escribir.
Estoy en una cafetería esperando a mi jefa, las musas están mudas y me aburro.
Entonces lo siento, me llega, me agobia. Es de los caros, aproximadamente un cuarto de botella, en una dosis muchísimo menor, hasta sería agradable. ¡Mensaje captado! No eres una guarra te duchas y te pones colonia. Aunque si no hicieras lo primero tampoco se notaría con semejante cantidad de lo segundo. Me siento agredida, el perfume impone su presencia, mata el agradable olor del café y me dolor de cabeza a la altura de las cejas. Esto en un ascensor seguro que es toxico. Me siento invadida en mi espacio vital. Creo que no soy la única las dos señoras mas cerca, también arrugan la nariz de forma sospechosa. La portadora del perfume agresor se sienta en la mesa donde la espera un perifollo sesentón “que bien hueles" le dice; mis dos señoras arrugan aun mas la cara.He vuelto a trabajar en serio (llevo unas semanas de simulacro) y ha vuelto el insomnio. Esta vez, en vez de darle al Messenger y al Chat (¿Dónde os habéis metido todos?), me ha dado por coser muñecos, hacer webs y las pelis por-no (las que por-no verlas te duermes). No funciona, así que estoy abierta a cualquier proposición soporífera.

Pienso en Navarra… estoy aburrida de esperar a la jefa… hago garabatos en la libreta y la gente trata de curiosear que hago de reojo… garabatos como este…


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