Daños colaterales

Había una vez una mujer cosmopolita, que disfrutaba con su trabajo en la cuidad, conduciendo todo el día para visitar clientes, tomando cafés, se pintaba las uñas, vestía traje sastre y tocaba plantas solo para plantar flores en macetas.
Hasta que un día se descubrió a si misma guadaña en mano cortando hierba, cogiendo lombrices con las manos, podando árboles, en ropa de faena, sembrando una huerta, intentando arrancar una desbrozadora…
De aquí a que vacíe la piscina y eche dentro dos gorrinos… solo faltan dos meses mas de paro.

4 comentarios:

Petri dijo...

Mira, entre patatas, fresas, bolsos, pañuelos.. que coño hace buscando trabajo, busca un local para vender todo eso ..jjaj
un beso tesoro
Tenemos una cena pendiente en el vegetariano..

Anónimo dijo...

Lo de los gorrinos no es mala idea. Un cerdo bien criado vale una pasta... ;)

Anónimo dijo...

Cuanta razón en tan poco espacio. Más de uno conozco yo así.

Anónimo dijo...

Como no pones gallinas? que con ese jardin igual ni hace falta darles de comer.