Lo noto. Me hago mayor.

Empiezo a tener batallitas que contar.

Ya no me preguntan si tengo novio, me preguntan si estoy casada.
Me han llamado señora unos niños.

Me repito a menudo, “aun soy joven, aun soy joven”.
Tengo 2 armarios el de ir a trabajar y el del fin de semana. Algún fin de semana me pongo ropa de ir a trabajar.

Me planteo seriamente si el chico que me gusta es un cabeza hueca, antes solo me planteaba si el chico me gusta.
¿Un sábado en casa? “arg que dices!” ahora es un buen plan.

He renovado el carné de conducir, por otros 10 años.
Me mienten deliberadamente a la baja al decirme la edad que aparento.

Tengo derecho a paro de un año y prefiero trabajar.
En ocasiones… oigo… el reloj biológico amenazando, tic… tac… tic… tac…

Y sobre todo, porque mi madre habla y me pregunta abiertamente sobre sexo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El inexorable paso del tiempo, que a mis casi 29 empieza a convertirme en alguien mayor... y que me provoca lo que a ti, que los chavales me hablen de usted por la calle...