Un día cualquiera

Un día cualquiera… despertador sonando… Recuerdo vagamente que tenemos una reunión en “Tevamosaexprimir, s.a.”. Yo creía que me libraría en esta empresa de las reuniones, pero en todos los sitios cuecen habas. Me levanto, me visto, hace niebla fuera. Me resigno a usar medias por 1ª vez en la temporada. La odio, pican un montón. En el cajón no encuentro ninguna sin carrera o agujero (hace casi un año que no las toco). Sin medias a lucir carne de gallina.Somos 20 alrededor de una mesa. Vienen de no se qué proveedor a hacernos un poco de lavado de cerebro. A la izquierda las chicas de la oficina, al otro los comerciales, todos chicos y yo en medio como un jueves. Quien da la charla es un señor mayor, que no deja de mirarme, y no a los ojos precisamente. Mis compañeros se ríen y el que esta justo al lado mío empieza a pasar un bolígrafo delante de mí para distraerlo. El tipo sigue con la mirada fija. Disimuladamente convierto mi camiseta en jersey de cuello subido. Me aburro y para distraerme me imagino que pensamientos pasaran por la cabeza de los asistentes. La charla es un tostón. Más de uno tiene a cara de sueño. Excepto mi camiseta dudo que alguien se este enterando de algo. Nos insiste el jefe que preguntemos las dudas, pero nadie abrimos la boca. Me imagino ser pequeña otra vez, con esa libertad infantil tan bonita, decirle al hijo del jefe “¿y tu mamá no te peina al salir de casa que vienes con esos pelos?”. Hemos perdido la mañana entre la charla y los correspondientes cafés de antes con el jefe y de después sin que se entere.
Por la tarde pienso en mi almohada, empiezo a echarla de menos. Escucho lo mas impasible posible por segunda vez: “¿Cómo no tienes novio? Si eres guapa”. Se tiene solo…Punto1: soy normal. Punto 2: para gustos colores. Punto 3: dudo mucho que sea esa la base de una relación o el “gancho” mejor para establecerla, además este inconveniente se cura en pocos años. Punto 3: insisto, soy normal, es el disfraz de ejecutiva. Un cliente metro sexual que tengo me pregunta que perfumes usé, que tiene que hacer un regalo. Le digo un par. “¿Y como no estas casada???? Si el “O’desobac” es irresistible”. Y dale con el tema… y a ti como no te implantaron cerebro en vez de botox??? Visito otro cliente que me da las cosas a cuenta gotas. Con lo que me tiene allí cada dos días. Me voy acercando, mientras trato de ir escondiéndome en los portales. Este cliente mío tiene a su vez un cliente que cada vez que me, ve monta un espectáculo y yo sufro vergüenza ajena, propia y de terceros. No se corta un gramo en decir delante del que sea que es el soltero de oro, el mas rico y guapo de la calle, que me quiere llevar al caribe y mas cosas que no pondré aquí por respeto a mi pequeña audiencia. El individuo se parece a Pepe Villuela y yo creo que me huele venir, porque cada vez voy por allí aparece antes o después. Parece despejado, así que entro rápido. Cuando voy a salir, plaf! aparece en la puerta, me eternizo con mi cliente para no tener que salir a la vez. Nos cuenta que acaba de venir del oculista y no ve nada. La verdad trae las pupilas como un pastillero. “Venga, dame 2 besos, que me voy, para despedirme no?”. Son mis mejores clientes en estos momentos… me muerdo la boca. Pues el muy cap… con eso de no veo, no veo, beso disimulado en la boca, con los gerentes y todos delante. Me pilló tan desprevenida, que ni reaccione y los demás presentes optaron por hacer que no veían. Si me llegan a decir algo me muero de la vergüenza. Tengo ganas de pegar a alguien, alguien en concreto. La próxima vez vengo en chándal y rulos.Mi penúltima clienta se sorprende de que “a mi edad” no este viviendo en pareja. Quizá llevo algo escrito en la frente porque esto no es normal. Para mis adentros me planteo si sufro de personalidad cardo o algo peor, ya que resulto tan “anormal” a los ojos ajenos. La última visita que hago es una clienta de mi edad. Como por arte de magia también me saca el tema del día: que no tiene pareja y todo el mundo le pregunta y no entiende porque no. Como dos perdidas que se cruzan en el desierto, intercambiamos opiniones. Que no se altere el sector masculino de lectores, que tengo por costumbre no llevar conversaciones del tipo: “los hombres esto, los hombres lo otro”. Simplemente comentábamos que es mas difícil de lo que parece, embarcarse en la aventura de una relación seria. Cosa que opinamos todos los mismo, hombre y mujeres. Nada mas cerrar la puerta al salir y despedirme de la chica, me viene a la cabeza; mal de muchos, consuelo de tontos.Mientras preparo la cena en mi casa, trato de resetear los sucesos del día para que no me queden traumas ni secuelas. Saco mi cena del horno, cuando tengo prácticamente la bandeja fuera veo que el fondo de la misma tiene fuego!!!. ¿Alguien ha visto fuego en un horno? Porque yo como mucho he conseguido dejarlo todo negro carbón, pero fuego, jamás. No puedo hacer movimientos bruscos, ni soltarlo, me noto chamuscar las pestañas. Así que me pongo a soplar como si fueran velas de tarta. Confeti-ceniza por toda la cocina… quiero que acabe mi día cualquiera.

Las Musas Chillonas

Últimamente no escribo mucho. Últimamente leo en varios blogs que hablan sobre las musas y que las susodichas los han abandonado. Últimamente estoy un poco deprimida.Por eso no escribo nada. No me gusta escribir con posos de tristeza o amargura, que de eso ya comemos todos, todos los días.Desde que tengo conciencia, las musas nunca me han abandonado, más bien al contrario. Tengo cientos de expresiones artísticas terminadas y sin terminar por mi casa. Cosas que regalé, cosas que nunca nadie vio, cosas que acabaron en la basura o en algún cajón. Mil ideas nuevas emprendidas y otras tantas en lista de espera. Muchas cosas que no llegaron a buen fin por culpa de las propias musas. Una nueva musa chillaba más y requería más atención que la anterior. Si alguien siente que le ha abandonado su musa, que se estrese y que busque una operación que le coma todo el tiempo, la musa silenciosa enseguida se vera ofendida y no hará mas que hacer su trabajo, es decir, sugerir cientos de ideas que para colmo en ese momento no se podrán realizar. Desde bien pequeña me acosan las musas, tengo para regalar, si no les prestas atención van enmudeciendo poco a poco. Tengo muchas para prestar, además sobre cualquier tema, son terriblemente versátiles.Mi musa de la tristeza esta muy activa y por la visto la muy capullita es muy graciosa. Cada vez que cuento a alguien que estoy de bajón y que lloro en la ducha, para ahorrar agua y papel, primero no me creen, porque por lo visto no pega conmigo la depresión y después nos da la risa.
Nunca llovió que no escampara…
En cuanto haga bueno saco a las musas de paseo; mientras, presto alguna a quien necesite.