REbalanceandome

Otro año mas =
+ arrugas mejor ni contarlas
- 2 kilos
= misma talla!!!!!
- deudas (ya queda poco)
+ mucha mas ropa
- salud
+ pastillas
+ 1 experimento laboral
+ 8 libros
+ 0 idiomas
+ 0 ex
+ 1 coche nuevo
- ejercicio
+ visitas en mi blog

+ 1 huerto
+ de 5 amigos nuevos
+ 3 enemigos nuevos
+ sonrisas
= lagrimas
Mi ultimo año de veinteañera...

Lo noto. Me hago mayor.

Empiezo a tener batallitas que contar.

Ya no me preguntan si tengo novio, me preguntan si estoy casada.
Me han llamado señora unos niños.

Me repito a menudo, “aun soy joven, aun soy joven”.
Tengo 2 armarios el de ir a trabajar y el del fin de semana. Algún fin de semana me pongo ropa de ir a trabajar.

Me planteo seriamente si el chico que me gusta es un cabeza hueca, antes solo me planteaba si el chico me gusta.
¿Un sábado en casa? “arg que dices!” ahora es un buen plan.

He renovado el carné de conducir, por otros 10 años.
Me mienten deliberadamente a la baja al decirme la edad que aparento.

Tengo derecho a paro de un año y prefiero trabajar.
En ocasiones… oigo… el reloj biológico amenazando, tic… tac… tic… tac…

Y sobre todo, porque mi madre habla y me pregunta abiertamente sobre sexo.

¡Mamá, quiero ser diputada!

Llevo bastantes meses, cultivando nueva afición. Nunca pensé que podría llegar a interesarme por la política y la economía. Supongo que no me conformaba con pasar de “chica diferente” a “chica rara”, que tenía que llegar a “tía rara de coj…”. Pero no me avergüenzo al contrario, es más pienso documentarme más sobre el tema. Si alguien tiene algún libro sobre economía o política versión “for dummies” que me lo haga llegar. El caso es que este miércoles escuchando en la radio los acontecimientos del congreso extraordinario de los diputados, tuve una revelación. Por si alguien no controla del tema (que sería lo normal, la rara soy yo) os pondré en situación. Este miércoles nuestros queridos diputados celebraban una reunioncilla extra, fuera de las habituales. El motivo no es otro que tirarle de las orejas a nuestro presidente, que se pasó una semana tratando de escabullir el bulto, pero no consiguió librarse. No se, si es la alegría contagiosa del fútbol, o que tras varias finales a celebradas a grito pelado, sus señorías le han cogido costumbre. Pero nos deleitaron con un espectáculo, propio de estadios de fútbol o al más puro estilo concierto de rock. Que Rajoy preguntaba: “¿Quién dijo que nuestra economía jugaba en champioons league?” “¡Zapaterooooooooooooo!” Contestaban a coro. “¿Quién dijo que este año alcanzaríamos el pleno empleo?” “¡Zapateroooooooooooooooooooo!”, “¿Quién dijo que el euribor había tocado techo?” “¡Zapaterooooooooooooooo!”, para acabar la retahíla en una salve de aplausos. Y ahí tuve mi revelación, esta gente se lo pasaba de maravilla, con la de adrenalina que debía descargar eso. Podían gritar como posesos en un concierto, cobrar una pasta al mes por ello, y aun encima tener la conciencia más que reluciente trabajando por el bien de la humanidad. Entonces lo vi claro, descubrí mi vocación oculta (la 5ª en lo que va de año). En cuanto tome posesión de mi sillón en el congreso, pienso ser una entusiasta hoolligan de la legislatura. Cada vez que alguien proponga ley, pienso ponerme en pié, alzar los brazos, levantar mis dedos índices y meñiques y gritar ¡PODEMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSSSS!